lunes, mayo 13

Besarte

Soy maestro del recuerdo, a veces propicio en el instante
en que se desencadena la furia, las emociones, en que aparece la duda,
a veces constante.
Soy maestro del recuerdo, de la evocación de cada momento
en que apareció en una vida, la sensación de tenerte y no extrañarte.
A veces las emociones fluyen, a veces catapultan hacia la constante
en que los recuerdos se vuelven de piedra, lejanos,
como las rosas que alguna vez se convirtieron en diamante.
A veces imposible de entender la lógica, de lo extraño
a veces un encuentro casi fortuito, con la poesía
que se convierte en prosa, una batalla cambiante.
Aquel día en que el viento me hirió, gritó, cógeme en aquel instante.
Mis manos aún tienen movimiento, aún se presentan con furia
en la espina dorsal de los amantes.
Hoy la vida ha cambiando, ha dado un giro hacia otra parte
y sin embargo sigo atento, a la sensación de mis labios al besarte.


viernes, mayo 18

Ese redondo cristal, ese peculiar crujido

Esta noche he de hacer una aclaración, he de corregir el rumbo de algunos de los sentidos. He de declararme a mí mismo en guerra, sí, intolerante ante aquello que se presentó de frente, al otro lado de lo que yo creía ya haber conocido. Esta noche he caído en cuenta que la noche es más larga que cada uno de mis sentidos. Que seguramente de seguir así, por el camino que algunos ya habían construido "definido" acabaría cayendo en el engaño, acabaría envistíendome aquello de lo que toda mi vida me había protegido. Y ahora, lo vi. En ese momento en el espejo, en el espacio donde la luz fue privada de sentido, comprendí mi conmoción, mi búsqueda de alegría. Comprendí que la lógica en terrenos de razón es lo que menos tiene sentido.
Todas estas palabras dispares, parecen, analogías, en sentido de unas ollas de vapor, patatas que se queman en el olvido. No es cierto, no juegues con mi retórica, no hay más que un sólo sentido. Te presentas a lo lejos, viejo amigo, cuando has encontrado tu camino, reprimido. Murakami siempre lo supo, en tu País de Maravillas todo está más restringido.
Pese a todo agradezco la oportunidad, y comprendo lo que he vivido. Por un instante enfrenté la muerte, por un instante fui tanto sólo un grano de universo que se deslizaba por le reloj de arena, que en tus manos giraba de sentido.
El sentido.
La inteligencia no es la razón, radica únicamente en la destrucción, del sentido. Mal que permea nuestro mundo contemporáneo, amigo, la cúspide, la búsqueda, la falta de motivos para dejar atrás lo que tiene que ir en el olvido. No estoy de acuerdo, me niego, tecleo más fuerte. No, te digo en la cara, y te escupo ante verte vivo. No serás jamás de mi inteligencia, no está permitido, en mi universo, un único Dios sin su mortal antídoto, anti divino.
Lo sé, es en la re presentación del sujeto, como yo, como un otro, en la manera en cómo veo mis reflejos, en que se sanea el discurso del sentido. La presentación, no sólo ante ellos, ante mí, de lo que en el fondo te ha conducido por este camino. No te preocupes, te manipulo, te tengo como un puñado de uvas de cultivo. Te exprimo para sacarte jugo, volverás a crecer. Sé, que en mi jardín no crecen uvas, crecen racimos que hacen buen vino. Me abstraigo, analizo, me observo. Desde aquel día que te vi, es que siempre has estado conmigo. Cancelado. Violado. Has sido siempre mi mejor amigo. Cógeme, cógeme cuando te grité en silencio, cuando te encerré en el armario con aquel niño. Cógeme cuando fuiste a la feria, cógeme en el baño de aquel parque en donde vivo. Cógeme en el viaje, en el susurro, en el olvido. Y tú, tan obediente, te encanta jugar. Hay Fabián, mi amante, ambos sabemos que nunca me darás cruz de olvido. Al abstraerme, analizarme, observarme, mis males y virtudes, las enfrento a mi identidad, a mi verdadero yo, las cancelo violentadas. Me niego, ahora, a detestarte. Experimento, sólo conmigo. Tú eres el que ya está definido, y por ahora, como inconstante, te volviste hasta a veces reprimido. No Fabián, así no juegan los amigos. Tú eres mi amante, y te ordeno, no te pido, que te vayas a la chingada, hijo de puta, malnacido. Y sonríes. Peculiar historia.
Es en el propio espejo donde no estoy yo, y sólo a través de la consciencia, la locura, se llega a encontrar ante el punto decisivo de su propia realidad. No me importa nadie, más que nosotros, mi gran amigo. Ojos de tigre, siempre lo supiste, incondicional, querías ser su amigo. Puto. Te va a cargar la chingada por tu pinche niño, mimado. Y hasta eso siempre fuiste coherente, cobarde. Ya no te amo. No te amo, mi niño.
Ahora en peculiar alcance, Alicia,, vuelve una a una las piezas de un tablero, de piel de armiño. Crocante. Qué alivio. Una regresión a épocas distantes, más sanas, escabrosas. Donde jugábamos de demonios a ser niños. Amantes.

Se levanta el telón. Siempre estuvo levantado. Procenio. El mimo, los amantes. Aplausos en el teatro, público vacío. Corrección. Soy yo. Te aplaudo. Te amo. Y solas las flores, rojas como la sangre, comienzan a caer hacia el fondo del vacío...
Te disparo... Justo en medio. Y caen, redondos cristales,

Ahora sí, esto viene hasta con sonido...

lunes, abril 30

Noche de cometas


Cometas en el aire
La noche enrarece los sentidos.
Sutil juego de enredadas
perniciosa costumbre de tocar,
de poner el dedo en la llaga de los sentidos.

Sufrir, como el placer extremo que no mata
como la coloquial sinfonía del adolorido
como el canto de aquel cuervo, patas
como el dulce que escurre
que se vierte
en la punta de los dedos del armiño.

Coloquial noche la que enrarece
la que despedaza uno a uno, tus guiños.
Sentir su aliento, su beso, su boca
como si fueran golosinas dulces, de bolsillo.

La cumbre de las pasiones se ennoblece
pérdida en la tormenta, el cometa
la que tuvo aquel,

travieso niño.

Noche de comentas,
su hilo de sangre su madre convino
amarrado a la pata de un cuervo
el cometa vuela desde tierra, divino
amarrado a la cintura, desde el cuello
lleva su collar de niño el armiño. 

miércoles, abril 4

Paraíso en tu ventana

No otra historia más
El paraíso en tu ventana
Cuando el viento jugaba tranquilo
Cuando el viento soñaba…

¿Qué soñaba?

Cuando viste a las aves; el camino
Cuando jurabas; tropezabas
Cuando la neblina se mudó; destino
Cuando te fuiste a dormir; triste almohada.

Cuando la noche dejó de volverse destino
El día que corriste, hacia la ventana
Cuando envidiaste el vuelo golondrino
paraíso
Y en neblina las plumas se volvieron llagas.

Qué jurabas…

Paraíso golondrino
Paraíso en tu ventana
Paraíso el de tu almohada
Cemento, cristalino.

¿Qué camino?

De las aves,
Paraíso
Suaves notas
Derramadas
Amarillas en el piso.

Más bien rojas,
de las llagas.

F.M.

viernes, marzo 30

Palabras

Esta noche soy la orilla
Soy fuego; la carne se desgarra
Soy inútil prosa la que amarra
Soy un corazón abierto, un animal herido.
Esta noche soy el viento,
un aullido
La tormenta, de tu almohada
Soy vestigio de otro tiempo
Emociones mudas

Las palabras...

domingo, marzo 18

Colillas de cigarro

Ansías

De volar, de esparcir la sangre por el mundo.
Fumo un cigarro.

Ansías
De volver al vacío, de recordar hacia atrás un tiempo perdido.
De sentir, de caotizar el sentido de la vida.

Ansías
De fumar.

De comprender cómo se consume la vida, de destruir el sentido.
Ansías

De comenzar de nuevo una nueva vida. De vida.

Ansías
Fumo un cigarro.

De velocidad, de vorágines, de sin sentido.

Ansías
De Morir, de dejar de entender, de sentir.

Ansías
De seguir ansiando...

viernes, marzo 2

La palabra

Amigo; me pregunto qué es de ti...
Recuerdo a estas horas te llamaba, te escuchaba...
Recuerdo solías quedarte dormido, yo no me callaba
a veces me daba cuenta, no colgaba...
Llamaba cada tres días, me inspiraba
corría directo a la computadora, traducía cada palabra
lo volvía demonios, asesinos, a veces cuentos
monólogos intensos de violentas palabras...
Amigo; qué es de ti, ya no recuerdo
por qué a veces te lo ocultaba,
aprendí a manipular los signos, a metamorfosear las palabras
amigo no recuerdo...
le doy un sorbo a mi café, levanto la mirada
amigo recuerdo
cuándo (...) (te inventé?) ...
me quedé en silencio, sin palabras...